7.8.08

..EPILOGO..

25 de Mayo




Esto se ha terminado.

Con cierto escepticismo he llegado a Madrid, esa ciudad con la que siempre he mantenido una relación compleja. La misma que parece decirme con frialdad “¡hombre, otra vez tú por aquí...!”, cada vez que desde el aeropuerto entro en el metro por la línea 8, con una mochila en la chepa y gesto de cansancio y satisfacción a partes desiguales. Una ciudad que en esos momentos me parece siempre que me espera con el cuchillo en los dientes. Como con una pancarta de seis metros por cuatro en la que me ha escrito en gruesos caracteres “¿Y ahora qué, colega..? Aquí las normas son otras, te lo recuerdo desde ya. ¿O no ves las caritas del ‘respetable’ en los asientos..?”
La primavera está avanzada, pero hace aún un fresquito inusual. No me extraña entonces el que he pasado en Polonia las últimas fechas, si aquí están así. (Uff…, parece que de entrada me resisto a usar la primera persona..).


El primer día he visto ya a alguno de mis colegas madrileños: Miguel, Eduardo, Arantxa. No sabían ni que llegaba hoy mismo. Y lo que preveía; no sé qué demonios contarles ni cómo empezar. No me atosigan a preguntas; más bien son ellos quienes me cuentan cómo les va por aquí. Les he recordado que dentro de algunas fechas todos los relatos que dejé pendientes, y varias imágenes, saldrán “al aire” y leerán y mirarán –o no- lo que deseen.
Ahora mi ‘azotea’ es tal torbellino de sensaciones que me resultaría complicadísimo proceder siquiera a un resumen coherente. Parece que lo advierten, por fortuna…
Mis padres, que residen en Jaca, mi población natal, respiran aliviados cuando por enésima vez reciben mi llamada tras el regreso de un viaje, creyéndose –a priori- mi anuncio de haber vuelto entero, sano y satisfecho. Están bien entrenados; hace años, cuando era más joven y bisoño, empecé “a curtirles” en estas lides con mis escapadas a zonas remotas del orbe para enrolarme en proyectos de cooperación sanitaria. Si me veían contento, creo que lo daban por bueno. Confío que actualmente siga siendo así… Una vez fui tan burro que, en una llamada que me hicieron ellos a Guinea Ecuatorial, casi en las navidades del 99, no me callé la boca y les zampé que acababa de pillar una malaria; mi primera y única hasta hoy. El día anterior tuve una fiebre de casi cuarenta, y cuando me llamaron, como ya me había bajado muchísimo la temperatura, me encontraba más eufórico y se lo dije. “Tengo paludismo, pero estoy mucho mejor que ayer…”. ¡Mala bestia…!; se lo dejé caer ahí como si se tratase del anuncio de una condecoración de guerra…
Ahora quiero irme a la sierra de Madrid, a estar más tranquilo por ahí. Me buscaré un alquiler asequible en algún pueblete y tendré más sosiego para crear el blog que me he comprometido reiteradamente a ofrecer a los amigos y familiares que seguían las peripecias de mi viaje. E imagino que me surgirán suplencias farmacéuticas por esa zona, aunque no vengo precisamente ansioso por comenzar con ello. Será más bien cuando haya que echar una mano a los colegas titulares. Quiero también estar en un entorno tranquilo porque debo pensar bastantes cosas. En realidad, básicamente una: qué demonios pretendo hacer con la existencia –la mía- a partir de ahora. Una de las ideas que traigo es tratar de que me cojan como guía de viajes de aventura en Africa. Aunque para esta temporada puede ser complicado; ha empezado la estación seca en el continente negro y lo lógico es que las agencias ya tengan sus equipos confeccionados a estas alturas.
Lo que sí es seguro es que algo casi cataclísmico tendría que irrumpir en mis coordenadas vitales para que, en breve o muy breve, no retorne de nuevo a mi cabeza la perspectiva de planear una nueva escapada por el mundo (..aunque haya de ser de menor extensión que ésta recién finalizada, seguro..). Planearla, para después decidir cuál sería el momento apropiado. John Dos Passos sabía lo que se decía. No pudo dar más en el clavo. Como Kapuscinsky, el célebre escritor y reportero polaco especializado en Africa, recientemente fallecido, quien fue más escueto pero no menos certero: “El sentido de la vida es cruzar fronteras”.
Y por aquí, entretanto, hablan de una crisis y de que esta vez podemos ganar una Eurocopa…

3 comentarios:

Unknown dijo...

Salut Juan Luis,

Que bueno que tu blog! Je comprends le sentiment à l'arrivée, le décalage... Le voyage nous apprend aussi à apprécier chaque petite chose, ici et ailleurs! Bon courage pour tes projets! Besos,
Pascale

Lugan Wx. dijo...

Hey Pascale..!
Merci, guapa; je vois que tu n'as pas eu le temps de t'ennuyer entre le Tchad et la R.D.C., toi aussi... (bien que le guidon a été établi d'abord..).
On y parle!

Anónimo dijo...

Yanko...que gusto leerte me encanta tu manera de relatar tus viajes. Bueno comence hoy con Managua, posteriormente me dedicare a leer más de tu travesia. Es lamentable que en Venezuela, no tengamos esas promociones de las lineas aereas, soy una emperdenida por los viajes, bien sea visitandolos cuando se puede o leyendo sobre ello. Pienso que amplian tus horizontes y te dan una visión mejor de la vida,sobre todo de ciertas costumbres para uno desconocidas. En estos momentos estoy muy ilusionada, ya que dentro de poco realizare un viaje a Egipto y de solo pensar ver una de las maravillas del mundo(las piramides), le doy gracias a Dios por permitirme concretar ese sueño. Estoy documentándome y me tropece con tu blog. Gracias y que siempre tengas ese espiritu aventurero!!! Acuariana (se me olvidan los acentos..jajjaja)